CōCon lo dicho queda probado bastantemente, mi
intẽtointento, i satisfechas
las objeciones, que se pueden, i suelen traer en contrario. Pero resta
una, que por mas considerable la he
dexado para la postre. I es, que no
se puede decir, que de este Nuevo
Orbe no tuviessen noticia los Antiguos, pues ay muchos que
afirmāafirman,
que no so la tuvieron, sino que
SalomōSalomon embiava à el todos años las
poderosas Armadas,
q̃que despachava
de Asiongaber con las naves, i siervos del Rey Hiràn, i que de alli le
bolvian cargadas de oro, plata,
piedras preciosas, pavos, i simias,
i otras cosas de estima, de que haze mencion la sagrada Escritura.
Por manera, que este era su Ophir
tan celebrado; el qual por otro vocablo en la mesma Escritura
llamāllaman
Parvaijm, i de aqui,
esforçādoesforçando mas
sus conjeturas, se alargan à pensar,
que tomaron el nombre las ricas, i dilatadas Provincias del Perù, ò
de la palabra,
Ophire, ô
Opire, mudadas, como es ordinario, ò traspuestas algunas letras, i en ellas, i
en las de la Nueva España,
quierẽquieren
constituir el Ophir, i verificar lo
que se escrive de sus
grādezasgrandezas.
Como aun el mesmo Don Christoval
Colon lo
comẽçòcomençò à hazer en la Isla Española, luego que la descubrio, i reconocio, alabandose, que
avia hallado la Region Ophira, como Pedro Martyr afirma, que se
lo oyô dezir muchas vezes.