Pero aunque esto no se pueda afirmar sin temeridad, por las varias
opiniones que ay sobre el lugar
dō
de
donde
es, ô fue el Paraiso, el qual parece que Dios ha querido encubrir
i reservar para si,
todavia no se
puede negar, que considerada la
tẽ
plança
templança
, i casi perpetua Primavera
de las mas de estas Provincias, merezcan, sino el nombre de Paraiso,
el de Huerto de deleite, ô las alabanças del Tempe, Campos Elysios, Islas Atlantidas, ô Fortunadas, que con menos causa fueron
tā
tan
estimadas, i celebradas de los Antiguos.
Porque ni en ellas ofende con su frio el Invierno, ni abrasa con su calor el Verano, en tanto
grado, que con casas de caña embarradas por fuera, se rechaçan en
muchas partes las injurias del
tiẽ
po
tiempo
, i apenas ay necessidad de mudar vestido. De suerte, que si los
que
hā
han
llegado à habitarlas, echaran de si los grillos de la codicia, i
de otros desordenados deseos, con
que suelen embaraçarse, i gozando
de libertad ingenua, quisieran mas
ser señores, que señoreados de las
riquezas, passaran en ellas alegre, i
dichosamente la vida.