I es digno de no passar en silencio, lo del Valle, que
llamā
llaman
de Botas, en la Isla de Cuba, que tiene
en largo mas de doze mil passos,
todo lleno de piedras guijarreñas,
redondas, de diferentes tamaños,
tan perfectas como si se huvieran
hecho con turquesas, ò al torno,
de suerte, que se pueden lastrar, i
han lastrado dellas muchas naves,
i traido à Sevilla paravalas de artilleria.
I lo que es mas de maravillar, en otro Valle de Guatemala se crian unos polvos de açufre salitrado, tan bien dispuesto,
q̃
que
prestan i suplen casi en lugar de la polvora, con que parece, que la naturaleza previno estos almacenes à
los Españoles, como esperando su
venida à estas tierras.