I
tambiẽ
tambien
, que si las leyes, como
ellas nos lo enseñan,
se han de ajustar, no à lo que es facil de dezir,
sino à lo que en acto pratico se puede facilmente obrar i executar; no
parece que esto se podrà conseguir,
pretendiendo, que tanto numero
de Indios, i en su propria tierra, dexen las lenguas patrias, en que se
criaron, i se apliquen con gusto à
hablar la estraña, pues aun solo el
oirla, les suele ser muy odioso, sin
que para obligarles à lo contrario
baste el imperio del que los pudo
vencer, como por palabras expressas, en caso muy semejante al nuestro, lo dixo Lucrecio.