Añadiendo luego el
exẽplo
exemplo
de nosotros los Españoles,
q̃
que
en siendo sojuzgados, i governados por los Romanos,
comẽ
çamos
començamos
yà voluntaria,
ya
forçadamẽte
forçadamente
à hablar su lengua,
desuerte, que dexamos, i olvidamos la propria i antigua nuestra,
en tanto grado, que no ha avido
quiẽ
quien
con certeza pueda averiguar,
ni dezir, qual era la que teniamos,
aunque han trabajado mucho en
inquirirlo doctos varones.