I bolviendo à la de los Indios,
del mesmo parecer que sigo, fue
Iuan de Matienzo,
añadiendo,
que aun se facilitaria mas, que todos ellos aprendiessen i hablassen
la nuestra, solo con que fuessen compelidos à esto sus Caciques, ò Curacas, porque de ellos penden los demas, segun lo que los respetan, veneran, i adulan, como se dirà en el
capitulo que se sigue.