Porqve, començando por la
q̃
que
huvo de obligar por este medio à
los Encomenderos, à cuidar quanto puedan de la dotrina Espiritual,
i defensa temporal de los Indios;
cuyos tributos se les reparten, ya
se vè, quan santa es, i quan necessaria, pues como lo dize el Padre Acosta,
ninguna cosa pudo hallarse
mas saludable, que encargar estos
nuevos, i rendidos Christianos, à
la diligencia, i defensa de los viejos, i poderosos, como se hazia en
la primitiva Iglesia, segun lo refiere san Dionisio Areopagita,
Dionys. Eccles hier. c. 9.
dando à los recien bautizados, para
el mesmo efeto, los que entonces
llamaban
Supsceptores, i oy, continuando este uso, aunque no tan
bien praticado, los llamamos
Padrinos.