Pero es de notar, por remate de
este capitulo, que ni unos, ni otros
se pueden propria, i verdaderamente dezir Monasterios, hasta
que del todo estèn acabados de
edificar, i perficionar, segun lo que
dize, i prueba Geronimo Gonçalez.
I por el consiguiente, antes de esta total perfeccion no nacen, ni se llegan à tener con efeto
los derechos de Patronazgo, que
por razon de tales fundaciones se
suelen pretender, i adquirir, como lo enseñan algunos Textos, i
graves Autores.