Pero yo, aunque ni quiero, ni debo escusar del todo las guerras,
q̃que
en los primeros tiempos de nuestras conquistas se debieron de hazer en algunas partes menos justificadamente contra los Indios, i
los daños, i malos tratamientos,
que en muchas se les han hecho, i
hazen de ordinario, en cuya satisfacion refieren el Arçobispo Fr.
Agustin Davila, i otros Autores,
que Dios ha obrado castigos visibles.
Todavia me atrevo à dezir, i afirmar, que estos excessos no
han podido, ni pueden viciar lo mucho, i bueno, que en todas partes
se ha obrado en la conversion i enseñança de estos infieles, por varones Religiosos, observantes, desinteressados, i puntuales en el cumplimiento del ministerio de la Predicacion Evangelica: i mucho menos la piedad, i ardiente zelo de
nuestros Reyes, ni la justificacion
de sus titulos. Pues siempre con
gran solicitud i cuidado, i sin perdonar gastos, expensas, ni dificultades algunas, la han procurado
disponer, suave, religiosa, i Christianamente, ordenando todo lo
q̃que
para esto, i para obviar, reprimir,
i castigar los malos tratamientos,
i vexaciones de los Indios, se ha
podido prevenir, i buscando para
ello en todas partes, i de todos estados, las personas, assi Eclesiasticas, como seculares, que mas à proposito han parecido, para ponerlo
en execucion, i cumplir con el cargo i obligacion que en esta parte
se les puso por la Sede Apostolica.