Fundado en los quales,
estādoestando yo
en la ciudad de Lima, sobre la qual
vino una poderosa armada de
OlādesesOlandeses el año de 1624. respondi,
cōsultadoconsultado por el dignissimo Virrey
Marques de Guadalcazar,
q̃que podia
obligar à todos los vezinos de aquella ciudad, sin embargo de qualesquier privilegios de nobleza, ô
otros
q̃que alegassen, à prevenirse para su defensa, i alistarse, i salir à todas las muestras, i alardes,
q̃que para
aquella ocasion se les ordenassen.
Porque aunque Otalora
escusa
dellos à los hidalgos de sangre,
esso se avia de entender en los alardes ordinarios, no en los que se
hazian en la inminente ocasion de
la guerra. Para lo qual, demas de
lo dicho, aleguè algunas leyes Recopiladas, i otras autoridades,
que cita en su docta Politica Castillo de Bovadilla.
I una celebre dotrina de Baldo,
que dize,
q̃que
los nobles, ò deben jurar, ò son
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obligados, como si lo jurassen, à no
rehusar la muerte, ni otros peligros por la salud del Rey, i del Reino, de la mesma manera
q̃que los soldados, de cuyo particular
juramẽtojuramento entre los Romanos, i varias formulas
q̃que en èl se usaron en varios
tiempos, quien quisiere ver mucho, podrà leer, lo que despues de
Vegecio, juntan Brissonio, Iusto
Lipsio, Ayala, Pedro Cavallo, i el
novissimo Filesaco.