I esto mesmo se bolvio despues à
repetir i ordenar por un capitulo
de carta,
q̃
que
se escribio à la Real Audiencia de Lima en 28. de Mayo
del año de 1621. I à mi corto entender se ajustaba à las reglas de
bien fundada jurisprudencia. Por
que es llano, que quando estas
cō
petencias
competencias
se forman, no se trata de
causas de Fè, ni dependientes dellas, que essas privativamente se
dexan siempre à los Inquisidores,
sino de pleitos, i materias seculares, civiles, ò criminales, que
tocan à Familiares, i Ministros
de la Inquisicion, i que en efeto
vienen à ser de la
jurisdiciō
jurisdicion
Real,
i solo se duda si esta se ha de exercer i administrar por los Oidores, ô por los Inquisidores en virtud de sus privilegios. Caso en el
qual los Oidores tienen por si la
jurisdicion ordinaria, troncal, i radical, i los Inquisidores la delegada, i como un ramo della, que la
Magestad Real les quiso conceder cerca de las dichas personas
por el favor i privilegio de las causas en que se ocupan, como consta
de las constituciones de Vrbano i
Clemente IV. i de todos los Dotores
q̃
que
tratan de esta materia.
I por el consiguiente en
moviẽdo
moviendo
se pleito sobre la declinatoria del
fuero, se ha de favorecer mas, en
aviendo duda, la
jurisdiciō
jurisdicion
ordinaria,
q̃
que
la delegada, i extraordinaria, la qual, en
queriẽdola
queriendola
sacar de
sus puntos, se dize i juzga odiosa, i
digna de restringirse.
Fuera de
que quando dieramos igual duda
por ambas partes, i igual la dignidad de los Inquisidores i Oidores,
parece se le debia dar mejor lugar
al Oidor, que va à estas juntas à
defender la jurisdicion ordinaria,
i la representa.